Estos versos son para dos personas a las que ya les he dicho que les iva a dedicar un poema, y me da tanta verguenza poner aqui sus nombres como no ponerlos, asi que cambio de tema. Tambien es para mi, por supuesto.
Tú, caminito.
Su melena es de triste marrón,
y su cola, flores de canela.
En la cima del roble hay un cuervo,
a sus pies, girasoles patalean.
¡Como se rie el lenguado!
Que feliz aguarda su pena;
el río arrastra zumo de blanco,
la miel se engalana en la colmena.
Bonito amuleto nos han dejado,
para esta fugaz historia...
¡ay!,
de lágrima temporera.
Néstor Bellido (...el momento)
2 comentarios:
El poema parece tener una "hoja de ruta". Transmites la impresión de que existe un inicio, un nudo y un desenlace. Si esto fuera verdad, el núcleo de los versos serían sus metáforas, lo cual te daría un aire lorquiano. Si, al contrario, estuviese en un error, los versos discurrirían por caminos surrealistas. En ambos casos, tus palabras proponen grandes dificultades al lector, lo que no es óbice para que dejen de tener calidad.
Desde mi modesto punto de vista deberías perseverar por el lado lorquiano: se tienen los pies en el suelo (la realidad no está enmascarada ni, lo que es peor, ninguneada); se pasea la imaginación sin apenas límites (¡viva la metáfora!); permite el margen de creatividad personal que puede acabar desembocando en algo importante.
Si es tu comienzo, es un buen comienzo. ¡Continúa!
Vivimos en una epoca donde la mayoría de especies son muchas veces apreciadas pero pocas veces queridas.
La epoca expres,llena de trabajos que te explotan, comida basura, musica sin significado, atrevida ignorancia, valiente necedad y amor al sexo sin amor. (y no lo digo yo, si nietzche viviera tambien lo diría).
Y aunque todavía quedamos algunos que bailamos esta danza sin pareja mientras la musica esta en silencio, este mundo elige cuneta. Bienvenido al purgatorio.
.::ShiVa::.
| El corazón se vuelve piedra, el llanto sobra, solo hace que vuestra fe se pudra. Podrás respirar el odio que desprende el projimo, mas no masticar el oxigeno de este agujero. |
L.E. Flaco
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