Eta – η (interludio)
Parecía que el momento había sido elegido expresamente para desembocar en la indefinición. El momento era ese momento, y no śolo era, si no que no podia no ser.
Una mente matemática había dispuesto mediante las más perversas ecuaciones las pequeñas hojas que conformaban el arbol a modo de paisaje impresionista para provocar en la consciencia de su ser aquel estado inerte y perturbador.
Y pensó:
¿Hay vida en marte?
Los monos balanceándose...
Y el astronauta trapecista,
observándo aturdido la jungla;
¿Que esconde?
Sabía en su cabeza el más sentido surrealismo, pero, ¿que podia hacer?. Una frontera de religiones separaban las palabras y las reflexiones. Parecía imposible disociar las dos partes, átomo por átomo, que conformaban su pensamiento, creando la gran barrera que lo alejaba de su mundo y que teñía todas sus pasiones.
Rey Escarabajo (Se tendes mais poder que as humanas xentes...)
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